Nuestra segunda visita por Madrid ocurrió en el barrio Lavapiés, el cual me interesa mucho. A mí, lo curioso de este barrio es que existen muchas opiniones variadas con respecto a la gente, el ambiente, y tal. Cuando le dije a mi mamá española que iba a pasar por esa zona de Madrid, me dijo que no era muy interesante y que no hay nada importante que ver. Sin embargo, ya que la hemos visitado, me parece que había muchas cosas interesantes que ver. Primero, lo que yo había notado casi en seguida era la presencia de muchas culturas internacionales, como hemos leído antes. Por ejemplo, había mucha gente africana y sudamericana en las calles, y pasamos por tiendas de comida árabe y china. Me parece interesante porque yo apenas encuentro tiendas de comidas étnicas cuando ando por Madrid normalmente; sí, los chinos tienen tiendas pequeñas de alimentación, pero no se vende comida puramente china sino productos comerciales como pan y chocolates. Además, claro que hay de todo tipo de persona en las calles de Madrid cada día, entonces no me extrañó tanto ver personas no españolas en las calles.
Lo que me gustó también era la presencia de una España “vieja” o “antigua” en Lavapiés. El ejemplo más claro es la cafetería que visitamos. Me gustó ver los espejos antiguos en las paredes, porque aunque se lo restauró la cafetería hace años todavía el espíritu original del lugar permanece. Siempre me encanta eso, porque conecta la gente de hoy a la vida anterior; es decir, da una cierta sustancia al espacio que ocupamos, porque ya había existido durante otras épocas de la ciudad. La cafetería ha experimentado las vidas de otra gente, y continúa experimentando las vidas de nueva gente también.
También me han gustado la biblioteca y la Tabacalera, las cuales a mí pertenecen a la misma categoría que la cafetería, pero a la vez a otra categoría educativa y expansiva también. Primero, son como la cafetería porque ocupan espacios antiguos del barrio, dando una vida nueva a lugares antiguos, con historia. Sin embargo, me parece que también pertenecen a otra categoría en que la cafetería no está: ocupan espacios antiguos, pero con motivos nuevos. La Tabacalera, por ejemplo, era una fábrica de tabaco antes, y también era un edificio militar si me recuerdo bien. Ahora, una generación joven utiliza el mismo espacio antiguo para realizar nuevas ideas de nuestra época. Es decir, la Tabacalera sirve como un lugar para que la gente del barrio de Lavapiés además de la ciudad entera pueda aprender nuevas cosas y desarrollar tendencias artísticas de forma gratis y accesible. Esa una idea nueva de la gente madrileña, pero se realiza en un espacio antiguo de la ciudad; entonces, esta vida nueva de La Tabacalera es distinta de la vida anterior, pero la vida del edificio permanece en nueva forma. El significante permanece, mientras el significado cambia. Creo que lo mismo ocurre con la biblioteca, que ocupa un espacio viejo de la región pero sirve un motivo nuevo, lo que es la educación y la ampliación de la inteligencia.
En conclusión, me ha gustado mucho el área de Lavapiés, y creo que tiene muchas cosas interesantes para la ciudad de Madrid. Tengo ganas de volver otra vez para pasar más tiempo en la Tabacalera, la cual me parece muy interesante y atractiva.
Imágenes de la Tabacalera.
-Ani Rodriguez